Prestando atención al alumno de mi aula de 2ª de E.P. he podido sacar las siguientes observaciones:
¿Qué piensa y siente?
El niño solo piensa en jugar, en estar con otros niños haciendo actividades físicas o creativas.
Se preocupa bastante por la rutina, por seguir unos pasos fijos y bien explicados: simples y exactos.
Lo que le importa realmente es que se cumpla lo que se ha acordado, que no se le mienta.
Conseguir realizar lo que ha pactado anteriormente.
¿Qué oye?
Escucha a los demás tratándolo de forma diferente, haciéndole hincapié en lo que hace mal.
Sus amigos le dicen que no sea “bruto” y su familia que tenga un mejor actitud en el colegio.
Los profesores le castigamos pero, yo como tutor, intento ser paciente y hablar con él todo le tiempo que haga falta hasta llegar a la raíz de cada situación problemática en el centro relacionada con él.
Muchos usan solo el lenguaje oral, otros acompañamos el mismo de lenguaje no verbal, de imágenes en la pizarra para explicarle nuestras opiniones o las situaciones que está vivenciando.
¿Qué ve?
Su entorno es muy rutinario: su casa y el colegio.
El niño ve que en su casa su madre le impone normas mientras que sus abuelos no. En el colegio observa cómo los cómo los demás niños no quieren estar con él, le molestan o no le entienden.
Su madre, sus abuelos y su tutor.
A una complicada adaptación social, del lenguaje y afectiva.
¿Qué dice y hace?
Se comporta de forma impulsiva, con cambios de humor rápidos y presenta frustraciones fácilmente.
Expresa que le importa que le entiendan, que le expliquen las cosas bien y pregunta para comprobar que lo entendió todo bien y la otra persona también.
Habla con pocos niños y con sus personas de referencia.
Su única influencia es a base de respuesta físicas impulsiva y por ello los demás alumnos no se acercan mucho a él pero tiene una actitud bastante comprensiva. A nivel académico no tiene influencia en el grupo, tan solo en su amigo más cercano.
Le cuesta expresar ideas o sentimientos complejos pero, a grandes rasgos, es muy honesto y todo lo que dice va relacionado con lo que hace, aunque a veces no de la forma que él cree que lo está haciendo.
¿Esfuerzos?
Al niño le motiva toda la actividad física, lúdica y donde pueda desarrollar su creatividad.
Es importante que se sienta reconocido cada vez que alcanza un logro.
¿Resultados?
Con paciencia y rutinas, el niño va avanzado despacio en su autonomía y en acabar sus tareas diarias con éxito, a la vez que va sintiéndose cada vez más querido y parte del grupo.
